jueves, 25 de febrero de 2010

un rato de sol



Jale la correa de la persiana, era media tarde. El día frio me recordaba que es invierno y en esta epoca del año debemos de morir. La deje entrar, se postergo sobre mi cama, se colo en mi almohada y sobre la ropa limpia que ahi estaba. Me quite la camisa y me recoste sobre ella, rapidamente atraveso mi cuerpo y se poso en mi piel. Sobre cada poro, sobre cada bello, desde hacia mucho tiempo que no sentia su calor, era terso. Acarició mi cabello, rosó mis labios, me cubrió todo. Me deje estar, inmovil, escuchando mi propia respiración. Mientras se colaba en cada poro, en cada rincon de mi. Despues de unos minutos, la sensacion de su calor y sus caricias se mezclo con sueño y al despertar se habia ido. Jure guardar mi recuerdo, su recurdo y no sentir nostalgia. Pero con su partida, la tristeza se metio de golpe en mi alma, más bien jamas ha dejado de ocupar un huequito, alla donde el musculo no deja de latir. La tarde fria y esa nostalgia de un rato de sol.

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