¡Oh admirable y esclarecido protector mío, San Antonio de Padua! Siempre he tenido grandísima confianza en que me has de ayudar en todas mis necesidades, rogando por mi al Señor a quien serviste, a la Virgen Santísima a quien amaste y al Divino Niño Jesús que tantos favores te hizo. Ruégales por mi, para que por tu poderosa intercesión me concedan lo que pido. ¡Oh Glorioso San Antonio! Pues las cosas perdidas son halladas por tu mediación y obras tantos prodigios con tus devotos; yo te ruego y suplico me alcances de la Divina Majestad el recobrar la gracia que he perdido por mis pecados, y el favor que ahora deseo y pido, siendo para Gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
domingo, 30 de agosto de 2009
Para encontrar lo perdido
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1 comentario:
Con esta plegaria tambien puedo encontra los calcetines perdidos?? tengo un chorro sin su par, la voy a recitar a ver si los encuentro,jijij,saludos y besos Duff.
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