martes, 16 de marzo de 2010









Me quede quieto, mirando. Con las ganas de tener ojos en las palmas, apretarlas y al mismo tiempo dejarlas abiertas para que pase el aire entre ellos. Como cuando niño, quieres coger las burbujas del parque. Asi queria mis ojos, asi queria mis manos. Y mirar y mirar, y parpadear y alistar las pupilas y el iris y dejar que entre todo ese silencio se haga la luz. Y tocar las cosas con los ojos para verlas mas cerca, para ver los detalles, las texturas, los colores y apretar y abrir las palmas al mismo tiempo, para ver y no ver la luz. Y tocar las cosas con los ojos, para sentir las formas, palpear la luz. Y camine, por que caia del cielo agua, sin apretar el paso de esta ciudad propia de la soledad. Propia de la luz tenue y filtrada, propia de mi angustia, propia de mi tiempo de lo que soy. Y levante las manos lo más alto que pude para mirar con ellas, más cerca el cielo que se ponia gris y escupia minusculas gotas de agua. Y pude ver el agua con mis ojos, muy cerca, el aire y su luz corrio entre mis dedos y mis nuevos ojos. Y mi día en el sueño se acabo y comenzo el que vivo, con mis ojos en las cuencas, fijos y secos. Mirando los dramas diarios y esa luz que cada vez es mas sola, que da día mas lastima, que cada día se vuelve real.

1 comentario:

Rogelio Alí dijo...

orale q buenas tomas, me late un chingo la del señalamiento esta muy rifada saludos, man