sábado, 9 de abril de 2011


Entre sueños, mis parpados caidos pegados por el eterno sueño. El reloj sonó. Quise aventarlo pero solo pense en su costo, en lo que pague por el. En lo que aun debo, en mis adeudos, no financieros, sino de mi. Mis propios adeudos. El sol había salido y no me habia percatado de ello. Hoy es un día más, mire, mire y se colo por la ventana, el viento movio la cortina y recorde que aun estoy vivo.

2 comentarios:

Alba Martínez dijo...

Ya ponte a hacer algo, y no digo que no hagas nada, solo que tanto ocio no es bueno para nadie.

Anónimo dijo...

así pasa cuando sucede... a veces ni con el sol nos damos cuenta que estamos vivos