lunes, 11 de octubre de 2010














Difícil es estar, estar sin comprender o tener el valor de cambiar. O renunciar! Difícil soñar y crear, la vida para vivirla quizá imposible. Quizá... El séptimo día donde el creador miró su obra. Olvidose de los locos y desesperados, habitantes incongruentes de la cordura misma. Olvidó a los olvidados, los que caminan a casa las noches del septimo día, hundidos en sí mismos. Ungidos en soledad, deseosos del deseo, solitarios olvidados de la noche de un Domíngo. Que transcurre lento, entre la confución que vendrá al poner la cabeza sobre la almohada...

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